LA VIDA DE THEDA KRIEGER
domingo 18 marzo 2018

LA VIDA DE THEDA KRIEGER

MÁS DE UN SIGLO AMANDO A LOS NIÑOS

Todo un nombre. Una Institución. Hija de Dios. Sierva. Maestra. Pionera. Misionera. Escritora. Ejemplo e inspiración de muchos. Humilde. Fuerte en Cristo. Dependiente de Dios. Instrumento escogido para iniciar la Liga Argentina Pro Evanglización del Niño (LAPEN) en el año 1947.

Su mensaje en el día de su cumpleaños número cien fue: HABLEN A LOS NIÑOS DE CRISTO. ELLOS NECESITAN CONOCERLE HOY.

El mapa evangélico de la Argentina sería muy distinto si no fuera por Theda Krieger. Theda redescubrió una enseñanza básica del evangelio que hizo pública en la década del ‘40: los niños pueden entender que Cristo los ama, que necesitan el perdón de sus pecados y que él murió por ellos y lo pueden recibir. Estas cuatro verdades constituyen la base del “Libro sin palabras” pero con colores, el caballito de batalla utilizado por Krieger y una multitud de evangelizadores que siguen sus enseñanzas en los últimos 60 años y comparten el evangelio a los chicos.

La inspiración de Krieger se plasmó en 1947 con la creación de la Liga Argentina Pro Evangelización del Niño (LAPEN), una institución que evangelizó a miles y miles de pequeños a través de las “horas felices” -clases bíblicas al aire libre- y campamentos, y que forman a miles de maestros en toda la extensión del país y aún fuera de él encarnando una verdad que nuestro Señor proclamó: “Dejad a los niños venid a mí”.

Krieger, maestra rural, maestra jardinera, traductora, misionera, hija de misioneros norteamericanos, nació en la localidad bonaerense de San Nicolás. Publicó su segundo libro a los 99 años y hasta sus últimos años viajó por todo el país compartiendo su fe y entusiasmo y comunicándose con una legión de amigos y admiradores por e-mail. LAPEN organizó al festejo multitudinario del cumpleaños número 100 de Krieger el 7 de agosto la Iglesia de la Puerta Abierta, en la ciudad de Buenos Aires.

“Me ha llegado el tiempo de plantar la bandera y necesito que me remplacen”, dijo Theda en su discurso que remató así: “Quiero que ustedes tomen la bandera y empiecen a predicar a los niños”.

Y como buena maestra relató historias de su propia cosecha y enseñó cómo hacerlo: “Tomen a un niño de tres años y díganle ‘Jesús te ama y está preparando un lugar para vos en el cielo’”, desafiando a su auditorio a empezar con un chico por semana.

Su "ORACIÓN DEL MAESTRO" refleja la carga que supo fielmente llevar y transmitir:

“Padre, no te pido grandezas, ni tampoco riquezas. Se enredan mis pasos y tropiezan mis pies. No te pido gloria, ni fama, ni honores, pues causan desvelos, y luchas y celos y apartan de ti. Te pido una cosa, una sola, Señor; pero es muy preciosa y es deseo que arde, es ansia que quema, es daga que llevo clavada muy honda en el corazón; es flor y es espina que desgarra mi entraña con roja pasión. Te pido, Padre, que al final de mi larga jornada, si tú me la das, después de leguas y leguas de cansado esmero, de luchas, desvelos, oración y anhelos, cuando en tu presencia adore a tus pies. Te pido, Padre, una hueste de niños, millares, sí, miles de ellos jugando y corriendo por las calles de oro, poblando de risas el mar de cristal. Te pido que escuches sus hosannas y loas cantando tus glorias y las del Cordero inmortal. No, Padre; no te pido ni oro, ni fama, ni gloria. Te pido un pequeño que arrodillado a mi lado, murmurando muy quedo te diga en secreto: "Padre, te adoro también”.

Theda partió a la presencia de Dios el domingo 21 de agosto de 2011, Día del Niño, en San Nicolás, a los 102 años de edad. 

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