ESCUCHEMOS SU VOZ
jueves 30 noviembre 2017

ESCUCHEMOS SU VOZ

Qué importante es tener tiempo de intimidad con Dios y de búsqueda de Su rostro. Así como nosotros en estos últimos meses, Jesús había ayunado por 40 días. Aparece el diablo, y le dice: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (Mateo 4:3). El diablo entendía que Jesús tenía poder en Su declaración, sabía que lo que Él proclamase, eso sucedería. Fue Jesús el que en la creación dijo: “Sea la luz; y fue la luz” (Génesis 1:3). Declaró: ‘sepárense la tierra seca de las aguas’, y aparecieron los continentes. El diablo le dice acá: “di que estas piedras se conviertan en pan”, y Jesús le responde: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

No son más importantes las palabras que yo pueda decir, es más importante que yo haga eco de las palabras que Dios dice. Cuando entendemos el poder que hay en la Palabra de Dios, vamos a dedicar tiempo para llenarnos de ella para que “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34).

Vemos que el salmista David declara en el Salmo 119: “Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti”.

Llega el fin de año y se produce una aceleración; hay muchos exámenes que rendir, se están cerrando cuentas, se hace una evaluación de cómo nos fue el año; y muchas veces en esa aceleración, lo primero que se pierde es el tiempo de intimidad, comunión y devocional con el Señor.
Hoy quiero desafiarte a que no vivas del pan que puedes comer, que no vivas de las noticias que vas a escuchar, y que hagas esa pausa para buscar la presencia del Señor, la voz de Dios hablando a tu corazón, que puedas dedicar tiempo a abrir las Sagradas Escrituras y a decirle al Señor: ‘háblame en esta hora; en este momento del día que aparté para estar a solas Contigo, tráeme revelación’.

En varias oportunidades ya conté cómo el Señor me dio una palabra clave en un momento de crisis cuando estábamos por celebrar los 45 años de la Iglesia Visión de Futuro. Qué importante es antes de comenzar el día ya tener esa Palabra de Dios en nuestros corazones. Es sorprendente cómo el Señor prepara una Palabra que es la revelación que necesito para los problemas que voy a enfrentar justamente ese día. Tienes que saber que el Señor está dispuesto a hablarte, de hecho, nos creó para que tengamos comunión íntima con Él.

Que puedas decirle al Señor: ‘quiero oír Tu Palabra, quiero que Tu Palabra me alimente, no voy a buscar alimento o fortaleza, guía o sabiduría en otra cosa, quiero buscarla en Tu Palabra y que ella sea la que me nutra, la que me fortalezca, dirija y la que me dé la estrategia necesaria para vivir una vida de victoria’.

Señor: Hoy yo me abro a Tu Palabra, que Tu Palabra caiga en buena tierra, que sea una semilla que produzca al treinta, al sesenta, al ciento por uno en mi vida, frutos de transformación, de santidad y frutos de obediencia a Ti. Que pueda decir como el salmista David: Hoy guardo Tu Palabra en mi corazón para no pecar contra ti, para vivir en santidad. Hoy me consagro a Tu voz, amén y amén.

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