PREPARÁNDONOS PARA EL FUTURO
domingo 12 mayo 2019

PREPARÁNDONOS PARA EL FUTURO

Ahora te animo a que pienses cómo te imaginas, cómo te gustaría que sea tu vida dentro de cinco años: ¿Cuál será tu condición espiritual? ¿Serás feliz? ¿A qué te vas a dedicar? ¿Cuál será tu posición económica? ¿Con quién vivirás? ¿Estarás cumpliendo tu propósito en la vida? ¿Te vas a sentir pleno, realizado?

Para que en el futuro puedas vivir conforme a tus deseos hoy tienes que poner los fundamentos. El futuro no viene, el futuro no aparece. El futuro es el resultado de tus decisiones, acciones y omisiones del presente, así como hoy estás viviendo en gran medida el resultado de tus decisiones, acciones y omisiones del pasado. Por eso es preciso que en el presente pongas buenos fundamentos.

En 1 Crónicas 28:9-13, hay un pasaje que nos servirá para esta tarea de consolidación: “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre. Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla. Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio. Asimismo el plano de todas las cosas que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehová, para todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las tesorerías de las cosas santificadas. También para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová, y para todos los utensilios del ministerio de la casa de Jehová. Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová”.


Dios eligió a Salomón para que le edificara el templo en Jerusalén. David había tenido el deseo en su corazón, pero no le fue permitido hacerlo, sino a Salomón. Y a través de David, Dios le dio los planos de todo lo que tenía que edificar. Porque Salomón fue el elegido para edificar el templo con sus dependencias.

Dios te ha elegido para que edifiques su templo, que es tu vida. No lo hará otro, lo tienes que hacer tú. No sucederá, tienes que hacerlo tú. En tu vida ocurrirán cosas maravillosas que tus abuelos ni soñaron, tus padres desearon pero no pudieron, pero que tú vas a concretar antes de irte de esta vida. Porque Dios quiere que tengas un futuro maravilloso. Tú eres llamado a diseñar tu vida y futuro como un artista diseña su obra, como un arquitecto proyecta y dirige un edificio. No hay obra de arte más grande que la vida de un creyente. Puede que no tengas el don de pintar o de esculpir, pero todos tenemos el don de la creatividad en relación con nuestra propia vida. Puede que no seas un ingeniero, ni un arquitecto, ni un maestro mayor de obras, ni un albañil. Pero Dios te llamó y te eligió para edificar tu vida. Para ponerle fundamentos sólidos a tu futuro.

Pero quiero que veas ahora el contexto en el que vives. Por mucho tiempo la estabilidad era la norma. Pero ahora vivimos en un tiempo donde la norma es el cambio. Y cuando muchas de las cosas que conocemos están constantemente cambiando, resulta un factor crucial para poder sobrevivir, la plena aceptación de nuestra responsabilidad por nuestra propia vida. Tienes que hacerte cargo de tu vida, porque si no lo haces, nadie lo hará por ti. El hacerte responsable de tu propia vida significa que tienes el desafío de diseñar y planear tu vida en una cultura donde la mayoría de las personas viven sin objetivos y sin planes.

Para que podamos entender cómo se presenta el mundo de hoy, tenemos que ser conscientes de cómo el conocimiento global y el acceso a la información va aumentando. El conocimiento en el 1800 tardó un siglo para duplicarse. Pero luego tardó cincuenta años en duplicarse. Para los años 70 la duplicación del conocimiento era cada veinte años, y para los 80 cada diez años. Hoy se duplica cada cuatro años, mientras que el conocimiento tecnológico se duplica cada año y medio. Como bien dice RayKurzweil, el progreso se acelera exponencialmente.

Para que tengas una idea, aunque te parezca increíble el dato que voy a darte, una persona en la edad media tenía que arreglársela, en la totalidad de su vida, con la cantidad de información que nosotros encontramos cada día en el diario. Una persona en la edad media se encontraba en toda su vida con la cantidad de personas que tú te encuentras a lo largo de una semana. Estas son ilustraciones de las enormes cantidades de información con las que nosotros tenemos que arreglárnosla hoy.

Una persona que finaliza su máster en Física, tendría que leer alrededor de 600.000 artículos y libros para estar al día en su campo de interés. Esto no resulta posible para la mayoría, por lo que los que se reciben son ignorantes. Para evitar esto, la persona tiene que especializarse, pero incluso entonces, tiene que cambiar campos cada cinco años, porque aquello en lo que se ha especializado llega a ser obsoleto.

En esta ego-cultura, el individuo es el responsable de su propia vida. Y todos, absolutamente todos, tenemos que convertirnos en este mundo de cambios constantes, en diseñadores de nuestro futuro. Los que no tienen a Cristo lo harán por su propia cuenta. Nosotros lo haremos bajo su gobierno y la guía de su Espíritu. Pero tendremos que hacerlo cada uno.

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