¿Cómo tener el matrimonio que siempre ha querido?
Personas que han estado casadas por largo tiempo me han compartido lo que a ellas les ha dado resultado para tener un buen matrimonio. También he escuchado a personas que por diferentes razones se han divorciado, y han llegado a las mismas conclusiones cuando hablan sobre qué hubieran hecho diferente. Por eso, comparto con usted los consejos que he recibido de ellos para tener el matrimonio que siempre han deseado tener o que han logrado edificar con el tiempo. Esto nos ayudará a saber lo que debemos reforzar o qué debemos hacer diferente para edificar una relación agradable y extendida en el tiempo.
1. Nunca dejen de ser novios. No olvide la conquista. Corteje a su cónyuge y exprésele cuánto le ama. Salgan juntos, sigan eligiéndose todos los días y convierta a su cónyuge en la persona que desea consentir.
2. Proteja su corazón y ámese a sí mismo. Jesús dejó este principio claro cuando nos dijo que amaremos a los demás en la misma dimensión en la que lo hagamos con nosotros mismos. Si aceptamos y amamos lo que somos, aún con imperfecciones, será más fácil establecer una relación saludable con nuestro cónyuge.
3. Enamórese una y otra vez de su cónyuge. Todos los días debemos elegirnos para amarnos, cuidarnos, protegernos y mimarnos. Cuide su corazón para poderlo guiar en la dirección correcta y así asegurar una relación estable, tranquila y placentera.
4. Enfóquese en lo que ama y admira de su cónyuge. Es fácil ver lo que nos molesta o incomoda, pero al contemplar las virtudes de nuestro cónyuge será fácil darnos cuenta que somos afortunados al tenerle a nuestro lado. Elabore una lista que describa las virtudes de su cónyuge y aliméntela conforme pasan los años.
5. No intente cambiar a su cónyuge, ámelo tal cual es y permítale ser él o ella misma. En el matrimonio tenemos la meta de amar, no la de intentar cambiar a la otra persona a nuestra forma de ser. No espere que cambie para amar a su cónyuge, simplemente ámele. Si lo hacemos bien, la convivencia será agradable. Permita a su cónyuge ser él mismo. Cuando esté triste es tiempo de apoyarle. Escúchele, sea el apoyo que necesita. Así crece la confianza y nos abrimos más el uno al otro.
6. No espere que le hagan feliz, elija serlo. Por eso, hágase responsable de sus propias emociones. No encargue su felicidad en manos de su cónyuge.
7. No culpe a su cónyuge si usted se enoja, cada uno es responsable de sus propias emociones. Es nuestra responsabilidad interpretar y conducir nuestras emociones. Por eso, cuando estemos enojados o frustrados, busquemos el espacio para interpretarlas, enfriarlas y regresar a la normalidad.
8. Ría y haga que su cónyuge ría con usted. Si aprendemos a reír juntos será más agradable la compañía y placentero el recorrido.
9. Haga sentir amado a su cónyuge. Hágale sentir importante y apreciado en todo momento. Conozca sus gustos y deseos, así podrá complacerle con detalles y halagos.
10. Esté presente en la vida de su cónyuge. Por eso, escúchele, atiéndale, paseen, jueguen, lean, viajen, es decir, invierta tiempo en la persona que ama y préstele atención. Es su mejor compañía y estará con usted el resto de la vida.
11. Sean íntimos. Comuníquense de una forma que nadie más comprenda; confíen el uno en el otro, sean románticos, derrita a su cónyuge con detalles y halagos. Estimule sexualmente a su cónyuge y sea creativo complaciéndole.
12. Conviértanse en los mejores amigos. Para lograrlo debemos confiar el uno en el otro, compartirlo todo y eliminar los secretos. Pierda el miedo a expresar cómo se siente para buscar la comprensión de su cónyuge.
13. Sea vulnerable. No tenga miedo a equivocarse o a ser vulnerable. Todos cometemos errores, pero deben ser oportunidades para mejorar y fortalecer la relación.
14. Crezcan juntos. Tengan sueños y proyectos que les inspiren, les proyecten en el tiempo, se complementen y les hagan trabajar en equipo.
15. Tomen tiempo personal. Tiempo que les permita renovarse y les permitirá crecer intelectual y espiritualmente. Muchas veces el trabajo de la familia es agotador y todos necesitamos atendernos para crecer y cuidarnos
16. Perdone y perdónese. Reclamar constantemente los errores del pasado detiene nuestro crecimiento. Por eso, debemos perdonar y perdonarnos lo más rápido posible.
17. Perdone de inmediato y concéntrese en el futuro. Aferrarse a los errores del pasado que usted o su cónyuge hayan cometido, es una pesada ancla que siempre detendrá su matrimonio. El perdón es libertad.
Recuerde, el matrimonio es el escenario perfecto para hacer florecer lo mejor que tenemos, y nos permite otorgarlo libremente a la persona que amamos. Entre más aportemos a la relación, mejor nos sentiremos, porque el matrimonio vibra cuando ambos estamos dispuestos a tener iniciativa, comprensión, afecto, respeto, actos de servicio y admiración.