4 Claves de Liderazgo
domingo 31 julio 2016

4 Claves de Liderazgo

“Adelántate al pueblo –le aconsejó el Señor- y llévate contigo a algunos ancianos de Israel, pero lleva también la vara con que golpeaste el Nilo. Ponte en marcha, que yo te estaré esperando junto a la roca que está en Horeb”. Éxodo 17:5

Hace unos días hice una pregunta a un grupo de gente sobre cuáles eran las claves más importantes del liderazgo. Por supuesto, puedes imaginar que se hizo una lista muy larga, entre las cuales estaban, por nombrar algunas: Humildad, amor, visión, perseverancia, trabajo en equipo, decisión, valor, etc.

Nadie puede hacer una lista y decir con exactitud cuáles son las principales características para realizar una buena tarea de conducción, porque mucho depende de las circunstancias, de la función, de la personalidad, del momento y el carácter del líder. Según ese momento preciso es donde se necesitará una de esas características por encima de las otras.

En una ocasión muy particular, quizás el mayor líder del Antiguo Testamento, Moisés, recibe instrucción del Señor sobre la tarea que tendrá que hacer. Y lo debía hacer ya. Inmediatamente.

El pueblo había salido de Egipto hacia la tierra prometida. Algunas dificultades comenzaron a ocurrir, las expectativas de felicidad y entusiasmo del comienzo se diluyeron, la murmuración y la pelea entre pueblo y líder estalló. Moisés tiene que tomar algunas decisiones.

Los líderes toman decisiones todo el tiempo, esa es su función, y muchas veces existe un gran dilema en la toma de esas decisiones. La pregunta que ellos se hacen en la intimidad es: ¿Cómo lo hago? Dios le da una orden a Moisés, y en ella encuentro cuatro claves que pueden ser usadas por todos los líderes, en la toma de decisiones y en el accionar de la vida diaria.

1. Adelántate al pueblo.

Cuando hablamos de liderazgo es necesario entender que muchas las decisiones y acciones que realizan los líderes tienen implicancias en el bienestar emocional de los liderados, y hasta algunas veces es cuestión de vida o muerte. Es el líder quién primero escucha el clamor de la necesidad, quien observa originalmente el peligro, quien se desvela buscando las soluciones que protegerán la vida de la organización. Bill Hybes, pastor y escritor de libros sobre liderazgo dice: “Los cuarteles con aire acondicionado no son un buen lugar para un líder cuyas tropas están bajo fuego. Tienes que estar en el frente de la lucha”. El consejo de Dios a Moisés es: Ve adelante. Hazte visible y disponible para el pueblo, suminístrale a las personas el valor, el ejemplo y la esperanza de que, por más que haya una etapa de prueba, la visión está firme y late con ahínco en tu corazón.

2. Llévate a algunos ancianos.

Es muy importante tener una diversidad de dones y talentos en el equipo de una organización para mantenerla saludable. Indispensable es la energía que aportan los más jóvenes, pero Dios le dice, no te rodees solo de ellos, búscate ancianos. Los ancianos en el pueblo de Israel eran no solamente personas de edad avanzada, sino era la gente más preparada, con más experiencia y honor en cada una de las tribus que representaban. El consejo de tener en el equipo cercano gente de este calibre, tiene cosas muy positivas, ésta gente, más ejercitada, preparada y con algunos años de experiencia a cuesta, son los que valorizan la organización cada día. Incrementan el nivel de eficiencia y elevan continuamente el desarrollo del propio líder.

Hay una red sutil que trata de atrapar a los líderes, para rodearse de obsecuentes, personas más simples, que se impresionan fácilmente con las epopeyas del líder, que aceptan todo fin filtrar, que nunca hablan con el líder para expresar la opinión que no tienen. Es catastrófico para cualquier dirigente rodearse de gente como esa, porque son sumisos pasajeros que hoy están y mañana no, pero además sufre la calidad de la organización que decrece todo el tiempo.

3. Carga la vara.

Esta es la vara que tenía Moisés en su mano cuando Dios hizo los milagros que él necesitaba.

Representa la misma presencia de Dios. Del Dios de los milagros. Del Dios que puede orquestar la más grande visión que ningún humano puede hacer y nos la entrega a nosotros para hacerla.

Los líderes que hacemos la obra de Dios necesitamos “cargar” cada momento la presencia de Dios.

La tarea es a veces grande, la lucha es fuerte, y el enemigo da vueltas como un león rugiente buscando a quién devorar, pero Dios quien nos llamó, también nos equipó con su presencia majestuosa, amorosa, milagrosa. Mientras nos disponemos para “hacer” un capítulo más del Nuevo Testamento, no nos olvidemos que solo con Dios lo podemos realizar.

4. Ponte en marcha.

Max DePree quién es profesor de liderazgo y mentor de líderes dice: “No conozco una cosa que haya asesinado más visiones y paralizado más líderes que el temor a la acción”. Dios quería que el máximo responsable del pueblo de Israel se pusiera en acción. Porque la tarea se debe hacerse.

Hay que realizarla.

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