¿QUÉ DEBEMOS PEDIR POR ARGENTINA?
martes 8 junio 2021

¿QUÉ DEBEMOS PEDIR POR ARGENTINA?

Saludo a todos mis hermanos pastores de todo el país en el amor del Señor.

Celebro esta iniciativa de AOXV de convocar a todos los pastores del país a la oración. Es importante que AOXV sea un movimiento unido de oración por esta nación que tanto amamos. Máxime en estos difíciles tiempos. Gracias a Dios que en esta pandemia la iglesia ha entrado en una nueva etapa en su experiencia de oración.

¿Qué debemos pedir por Argentina?

Debemos tener la humildad de seguir las instrucciones que Jesús les dio a sus discípulos cuando le dijeron: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11.1). Debemos pedir que venga su reino; que se haga su voluntad en la tierra como se hace en el cielo. En nuestro caso, que se haga su voluntad en Argentina como se hace en el cielo.

No hay otra solución para Argentina.

Debemos decirle a Dios: “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. 

Notemos que todo el padrenuestro está en plural. No dice: dámelo hoy, sino dánoslo hoy. Debemos pedir que en ningún hogar argentino falte el pan de cada día.

Pablo, en 1 Timoteo 2.1-2, dice que se hagan peticiones por todos los hombres. Pedir pan para todos los hombres no significa pedir que se multipliquen los comedores sociales (y gracias a Dios por esos comedores y por los que allí sirven) sino que se multipliquen las fuentes de trabajo. Que cada argentino tenga trabajo. Trabajo digno y bien remunerado. Que cada padre tenga la dignidad de poder proveer para la comida de sus hijos. Que cada madre tenga la alegría de servir la comida en la mesa de su propia casa para su familia.

Necesitamos orar para que Argentina tenga una ECONOMÍA SANA. Que surja en nuestro país una nueva estirpe de empresarios que pongan sus capitales y sus capacidades empresariales al servicio de su prójimo. Empresarios cuya motivación no sea el mero lucro personal sino la creación de un mundo mejor, una sociedad más justa, con igualdad de oportunidades para todos. A fin de que todos puedan vivir dignamente y disfrutar la vida que Dios les dio.

Oremos para que Dios levante una nueva estirpe de gobernantes y dirigentes, sanos, honestos, que no se corrompen, y que no usan sus cargos para enriquecerse sino para servir a los habitantes de la nación.

Pablo sigue diciendo en 2 Timoteo 2.1-2 que oremos por todos [los hombres], especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad …  (NVI).

Hoy la sociedad argentina está padeciendo una terrible grieta. En vez de pelear unidos contra el enemigo común que es esta pandemia, todo se politiza: Las vacunas o la falta de ellas, las clases presenciales o virtuales, el cierre o no de los comercios, la promulgación de las leyes, los juicios, las sentencias… Todo está viciado de política partidaria y de ideología.

Solo basta con mirar los diferentes canales de TV y escuchar a los opinólogos y políticos hacer sus agresivas declaraciones unos contra otros. 

Los pastores debemos estar muy alertas porque esta “grieta” también se quiere meter en la iglesia. Ya hay sectores del pueblo de Dios que han sido salpicados y contaminados por esta confrontación. 

Mientras que Jesús nos sigue diciendo: “Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios”. O como dice otra versión: Felices los que trabajan a favor de la paz …”

¿De qué lado estamos? ¿A favor de la paz o de los que fomentan la grieta?

Hermanos. Limpiémonos de toda esta contaminación. No maldigamos a nuestros gobernantes. Nuestra función es ser intercesores y no acusadores. Pidamos perdón a Dios. Y seamos pacificadores. Oremos para que venga su reino. Oremos para que vivamos en paz y tranquilidad. Seamos constructores de paz.

Oremos también para que venga el reino de Dios y su justicia. Necesitamos justicia en esta nación. No tengo tiempo para desarrollar este punto. Pero es un punto muy importante. Necesitamos leyes justas. Gobernantes justos. Jueces justos. Y también argentinas y argentinos justos en nuestra nación.

Además de orar por una ECONOMÍA SANA, por la RECONCILIACIÓN de los argentinos, y por JUSTICIA, quiero proponer orar por un gran AVIVAMIENTO en nuestro país.

En 1982, después de varios años de gobiernos militares con miles de muertos y desaparecidos, tuvimos la guerra de las Malvinas. Como pueblo argentino quedamos, heridos anímica y espiritualmente. Principados y potestades se asentaron sobre nuestro país. Y en medio de ese triste cuadro, Dios levantó a un ferretero de Quilmes para traer un gran avivamiento a esta nación: nuestro querido hermano Carlos Anacondia. Por cinco años, cientos de miles fueron sanaron, liberados, y salvados. En los siguientes 10 años la iglesia evangélica en Argentina se duplicó. Y luego siguió creciendo.

Hoy, estamos viviendo un cuadro diferente, pero en un sentido similar. Es muy grande el dolor, la angustia en miles de hogares de nuestro país. El Covid-19 ha hecho y está haciendo estragos. Hay casi ochenta mil muertos por Covid. Cada uno que muere impacta, como mínimo, de 50 a 100 personas entre familiares y conocidos. Eso significa que cerca del 20% de la población de nuestro país tiene una persona cercana que ha muerto por Covid en estos 15 meses. 

¡Cuántos han quedado sin trabajo! ¡La pobreza ha trepado casi al 50%! ¡Cuántos comercios cerrados…! ¡Cuántas Pymes quebradas!  

Clamemos a Dios por un despertar espiritual. Que Dios levanten un nuevo Anacondia, o mejor, miles de “Anacondias”. Que en todos los barrios de todas las ciudades del país sepamos responder a las necesidades de los enlutados, desanimados, quebrados económicamente, quebrantados emocionalmente. Y de los que están sin esperanza. 

Oremos para que surja una nueva generación de ministros con nueva unción que pueda decir: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados… a liberar a los cautivos…” (Isaías 61.1).

¡Así sea!

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