PENSAR EN LAS FUTURAS GENERACIONES
Hace algún tiempo, mi hijo Esteban se preparaba con gran ilusión para iniciar su propia familia; al mismo tiempo en que hacía los preparativos para su boda también construía su propia casa. Un día, mientras visitaba el avance de la construcción de su hogar, observó a tres niños jugar cerca del lugar en donde viviría con su futura esposa; se emocionó tanto al verlos, que decidió tomarles una foto a la distancia. En ese momento dijo: “Un día serán mis hijos los que jueguen aquí”. Con gran ilusión compartió la foto en las redes sociales y contó su experiencia. Una de las cosas que más me sorprende de Esteban es ver cómo su corazón palpita por sus hijos; los que aún no han nacido.
Desde que mis hijos eran adolescentes, Helen y yo les enseñamos a amar a sus futuros hijos, y esto les ha permitido vivir la paternidad desde la esperanza y la confianza en Dios. Esteban y su esposa ya iniciaron el ahorro para el estudio de sus hijos, y se están preparando para que, cuando el milagro de la maternidad y la paternidad llegue a sus corazones, estén listos para vivirlo al máximo.
La experiencia de mi hijo Esteban me ha llevado a la conclusión de que, cuando nos preparamos para ser padres y tomamos decisiones intencionales por nuestros hijos, aunque aún no hayan nacido, nos disponemos a disfrutar intensamente de este maravilloso proceso.
Los presentes y futuros padres deben ser consecuentes en desarrollar en sí mismos ese lugar seguro que un niño necesita para crecer de forma saludable y convertirse en una persona plena. Para vivir una paternidad y una maternidad con ilusión, debemos estar sanos emocionalmente, haber superado los traumas dolorosos de la infancia y prepararnos con herramientas que nos equipen para vivir intensamente la hermosa experiencia de traer un hijo al mundo.
Así Dios invitó a Jacob a pensar en sus futuras generaciones. “En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: ‘Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia daré la tierra sobre la que estás acostado’.” (Génesis 28: 13NVI) Dios cumple en nosotros lo que prometió a nuestros padres y nos habla sobre lo que desea hacer con nuestra descendencia. Dios nos invita a pensar generacionalmente, es decir, a que toda decisión que tomemos tenga un impacto positivo en las generaciones que se levantan después de nosotros.
¿Está tomando decisiones que impactan de forma positiva a los que vienen después de usted?