AUTORIDAD CONTRA EL ENEMIGO
miércoles 25 julio 2018

AUTORIDAD CONTRA EL ENEMIGO

Los discípulos, en varias oportunidades, salieron de dos en dos a predicar el evangelio, a compartir las Buenas Nuevas, a enfrentar el reino de las tinieblas y a ver el respaldo divino. En una ocasión (en Lucas capítulo 10), regresan los setenta que habían ido, con gozo y diciendo: “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre” (vers. 17).

Qué interesante la respuesta de Jesús. El Señor ve más allá de lo que vemos con nuestros ojos naturales; nosotros podemos estar observando un escenario y verlo todo negro, o ver una gran victoria y no darnos cuenta de que atrás de esa victoria puede venir otro ataque, una represalia del enemigo.

Jesús les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (vers. 18b). Los discípulos solo veían la victoria: “Los demonios se nos sujetan en tu nombre”, ‘mira la autoridad que tenemos, Jesús, gracias al respaldo que nos das’. Y Él decía: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”. Hay un ataque en contra de la Argentina en estos momentos y tenemos que levantar un estandarte de justicia, alzar una voz profética y declarar: Venga el reino de Dios, y hágase la voluntad del Señor en los cielos como en la tierra.

Inmediatamente, Jesús les dice: “He aquí os doy potestad (les doy autoridad, les doy derecho legal) de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo”. Lo mismo dice en Marcos capítulo 16, en la Gran Comisión, que tenemos autoridad sobre serpientes y escorpiones, hablando de todas esas fuerzas del mal que quieren venir y meterse en nuestra sociedad.

Tenemos autoridad porque tenemos el Nombre de Jesús; contamos con el respaldo del Señor; sabemos que Jesucristo está justamente ahora sentado a la derecha del trono de Dios, intercediendo por cada uno de nosotros, clamando por la Argentina, clamando por cada Senador, clamando por los Diputados, por el Presidente, por los Gobernadores. Hay un clamor desde el cielo y otro que se está levantando desde esta tierra, y tenemos ese respaldo, tenemos esa autoridad sobre toda fuerza del enemigo con la promesa: “Y nada os dañará”.

Verso 20: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan”. Si quieres motivo de regocijarte, si quieres motivo para tener seguridad, certeza y firmeza, acá está la base: “regocijaos (gózate) de que vuestros nombres están escritos en los cielos”. Alégrate en el hecho de que tu apellido sea divino. Pablo dice en Efesios 3:14b-15: “el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”, está hablando de que tenemos una identidad, poseemos un ADN celestial, disfrutamos un respaldo divino.

Somos parte de la familia de Dios y como hijos de Dios podemos ir a Él a pedirle sabiendo que nos dará. Clamar a Él sabiendo que nos va a responder, golpear y se van a abrir puertas, llamar y Dios nos va a responder. Vamos a ver la victoria del Señor porque nuestro nombre está escrito en el libro de los cielos.

Hoy, Señor, clamamos a Ti por nuestra Nación. Te pedimos, Padre, que traigas victoria a nuestro país. Que todo ataque que viene del enemigo como un rayo del cielo, sea detenido, sea cancelado para la gloria de Tu nombre. Clamamos a Ti, Señor, como hijos Tuyos, sabiendo que nuestros nombres están escritos en los cielos y que nos das fuerzas sobre toda oposición del enemigo. Gracias, Señor, por Tu victoria, en el Nombre de Jesús. Amén y amén”.

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