MARY SLESSOR, MISIONERA EN ÁFRICA
Mary Slessor nació en Aberdeen, Escocia, el 2 de diciembre de 1848. Era la segunda de siete hermanos, en una familia con muchas carencias económicas. Mary encontró, desde muy joven, consuelo, gozo y fortaleza en la Palabra de Dios. Le encantaba leer la Biblia e historias de misioneros, especialmente en África. A los 25 años de edad, llegó la noticia de la muerte de David Livingston y Mary comenzó a soñar con ir a África como misionera. En 1875, envió una solicitud a la Iglesia Unida de Escocia ofreciéndose como misionera a África. Fue aceptada y en 1876, viajó a Calabar, Nigeria.
La primera tarea de Mary Slessor fue estudiar y aprender el idioma local, llamado Efik. Desde el primer contacto con los nativos, su corazón se conmovió profundamente por el trato cruel que recibían. Aunque Mary no estaba muy capacitada académicamente, tenía gran pasión por aprender. Se dio cuenta de que la razón principal para que estuviera en África era guiar personas a Cristo. Los niños debían aprender a leer. Las personas maltratadas y abusadas debían ser defendidas. Mary sabía que debía vivir lo que predicaba antes de que los nativos pudieran aceptar sus enseñanzas sobre Cristo.
Su gran deseo era ir más allá, a las regiones a las que no habían llegado otras personas con el mensaje de la Cruz. En sus largos viajes por la selva en territorio caníbal se le podía ver descalza, con un niño rescatado de haber sido asesinado en cada brazo. Mary se convirtió en la “madre de todos” y los nativos la llamaban, cariñosamente, “Ma”
Supervisó la construcción de multitud de escuelas e iglesias, compartiendo siempre la necesidad de enviar misioneros y de apoyar a los que ya estaban trabajando. “No es Mary Slessor, sin Dios a través de nuestras oraciones que está llevando bendición a Calabar. A Cristo sea la gloria por la multitud de almas salvadas” solía repetir.
En enero de 1915, su salud estaba muy deteriorada. A la hora de su muerte, rodeada por jóvenes y mujeres nativas, oraba en Efik, la lengua de las personas a las que había servido. El 13 de enero, Mary partió con el Señor. Los nativos lloraban amargamente "Nuestra Ma está muerta. La madre de todos se ha ido"
Muchos cristianos han sido desafiados a servir a Cristo gracias a Mary Slessor, quien a pesar de haber nacido en circunstancias desfavorables, ayudó a que multitudes llegaran a los pies de Cristo… "sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es" 1 Corintios 1:27-28
Mary Slessor escribió: "La oración es el poder más grande que Dios ha puesto en nuestras manos; la oración es más poderosa que la acción y es la única forma en la que puede avanzar el Reino. Es sólo a través de las oraciones de muchos en mi favor que puedo explicar el haber sobrevivido a tantos peligros y calamidades y haber visto tantas almas llegar a los pies del Salvador”.